La cultura maya se construye sobre una relación sagrada con la naturaleza. En el entorno de la Hacienda del Jade aún se puede sentir ese vínculo profundo con la tierra, las abejas, el maíz y la fauna de la región.

La Melipona beecheii es una abeja sin aguijón que los pueblos mayas han cultivado desde hace cientos de años. Su miel, conocida como miel melipona, era considerada sagrada por sus propiedades:
Medicinales y antiinflamatorias.
Utilizadas en rituales y ceremonias.
Apreciadas como un regalo espiritual para la vista, la piel y la salud en general.
En la época prehispánica se realizaban entre cuatro y seis ceremonias al año en honor a estas abejas sagradas.

El maíz forma parte inherente de la vida maya:
lo vemos en sus ceremonias, en su alimento diario, en la milpa y en sus medicinas.
El maya se siente bendecido en su vida diaria por el maíz, que lo alimenta y lo sostiene; y a cambio, lo bendicen a él.
Le dan trato de dios: así de reconocida es su veneración al maíz y a sus distintas variedades de colores.

En la región se encuentra una gran diversidad de frutas, muchas de ellas representadas en tu material:
-Caimito
-Carambola
-Ciricote
-Cocoyol
-Guanábana
-Guayaba
-Huaya
-Nance
-Naranja agria
Estas frutas son parte del “plato del bien comer maya” y se utilizan tanto en la cocina cotidiana como en preparaciones tradicionales y bebidas típicas.

La zona es rica en especies animales que forman parte del paisaje natural maya:
Monos
Pumas
Tigrillos
Liebres
Venados
Serpientes
Y también aves como:
Faisán
Cacatúa
Loro
Pavo real
Chachalaca
Observar esta fauna en su entorno es parte esencial de la experiencia en la Hacienda y sus alrededores.
¿Qué es el Jade?
El jade es una roca ornamental formada por minerales silicatados. Existen dos tipos principales:
Jadeíta: piroxeno rico en aluminio y sodio.
Nefrita: variedad microcristalina de estructura fibrosa.
En la cultura maya, el jade significaba vida, fertilidad y poder. Era más valioso que el oro y se utilizaba para:
Máscaras funerarias.
Joyas y ornamentos de élite.
Objetos rituales y ceremoniales.
Amuletos de protección y abundancia.
Su color verde se asociaba al agua, al maíz y a la renovación constante de la naturaleza.
La Hacienda del Jade rinde homenaje a esta piedra sagrada integrando su simbolismo en la identidad, decoración y filosofía del lugar.
La palma de jipi es una fibra fina y resistente utilizada para crear piezas delicadas y duraderas como sombreros, abanicos, carteras y accesorios.
El proceso artesanal incluye:
Selección de la hoja adecuada.
Suavizado y preparación de las fibras.
Tejido manual, muchas veces realizado en cuevas naturales o espacios frescos y húmedos.
Ensamblado y acabado final de la pieza.
La combinación de temperatura, humedad y técnica hace posible productos ligeros, flexibles y de gran calidad, reconocidos en todo México.

Las hamacas y bordados campechanos son verdaderas obras artísticas que identifican a la región de San Antonio, Santa Cruz Pueblo, Concepción, Pucnachén, Sahcabchén y Kobén, entre otras localidades.
Se elaboran en bastidor de madera con aguja especial.
Se utilizan hilos de nailon, algodón y henequén.
La misma técnica sirve para fabricar sillas colgantes, playeras, blusas y textiles decorativos.
Las mujeres indígenas de las comunidades elaboran bordados fastuosos, a mano y a máquina, con tiras floreadas en colores vivos que representan flores, aves, símbolos mayas y escenas de la vida cotidiana.

Tepakán es una población altamente reconocida por sus majestuosas obras en barro y cerámica que evocan sus raíces prehispánicas.
Entre las piezas más apreciadas se encuentran:
Vasijas y ollas tradicionales.
Macetas y jardineras.
Vajillas completas.
Platos decorativos.
Tibores, jarrones y platones.
Cada pieza se moldea, se pule y se pinta a mano, respetando técnicas que han pasado de generación en generación.
El tallado en madera en Campeche es considerado único por el detalle y la precisión de sus piezas.
Se elaboran, entre otros:
Juguetes tradicionales y trompos.
Réplicas de barcos y murallas en miniatura.
Figuras decorativas y religiosas.
Utensilios para el hogar.
En muchos casos se integran detalles hechos con conchas, tejidos o palma de jipi, creando piezas que combinan varias técnicas artesanales de la región.
En Champotón y Ciudad del Carmen se elaboran artesanías decorativas utilizando:
Conchas de mar.
Escamas de pescado.
Cuerno de toro cuidadosamente pulido.
Entre los objetos más característicos se encuentran:
Cortinas y móviles decorativos.
Mariposas y figuras marinas.
Abanicos.
Pulseras, aretes y brazaletes.
Ceniceros y lámparas trabajadas a mano.
Estas piezas se han convertido en recuerdos muy apreciados por los visitantes, ya que capturan el vínculo entre el mar, la tierra y la creatividad del pueblo campechano.
En la Hacienda del Jade creemos que el turismo solo tiene sentido cuando también genera bienestar en las comunidades que lo rodean.
Programas de apoyo a mujeres artesanas, bordadoras y tejedoras.
Capacitaciones y talleres culturales para preservar técnicas tradicionales.
Promoción de productos locales como miel melipona, maíz nativo y cerámica.
Activación económica de familias que viven del tejido, la alfarería, la apicultura y el tallado en madera.